Faltando pocos días para el arribo a Chile de la máxima estrella
latina, sus admiradores locales ya empiezan a vibrar con la
"Shakiramanía" que la colombiana trae a la cabeza del Pop Festival. Por
estos días, la intérprete de Loca se ha estado presentando en
Argentina, llamando la atención no sólo por el aspecto artístico, sino
por todas las especulaciones en torno a su vida amorosa, específicamente
de su nuevo enamorado, el futbolista español Gerard Piqué.
Shakira viene desplegando un show en que repasa sus éxitos como Waka-waka, La tortura, Loba y Gitana, acompañados de un montaje donde su figura se luce con sus bailes además de sus canciones. Tanto en Argentina como en la visita que hará a Chile, la producción debe cumplir con una serie de peticiones que hace la artista para poder desarrollar bien su trabajo en terreno.
De entre ellas destacan las que tienen que ver con la habilitación del camarín, espacio fundamental para salir a hacer el concierto. Entre las peticiones, están una sala con vestidor para ella y otras tantas para los músicos de la banda (ocho en total) y sus dos bailarinas. También debe tener un guardarropa y una sala de primeros auxilios.
El camarín también debe tener sí o sí tomas de corriente alterna e iluminación de luz blanca brillante.
Y para alimentarse, pues no crea que Shakira tiene esa figura sólo por obra de Dios, la cosa va por lo natural: se pide una canasta con frutas de rodajas de mango, mandarinas y plátanos; otro recipiente con arándanos y fresas; otro con melones y ciruelas; otro con cerezas; y una sandía.
No todo es pura fruta, ya que también se piden productos snacks, una serie de salsas y dulces, quesos y embutidos y cerca de doce botellas de bebida cola "light".
Siguiendo con los líquidos, Shakira pide también agua caliente, variedades de té (de manzanilla indispensable), bebidas rehidratantes de naranja a temperatura ardiente.
Por último, miel de primera calidad, sal y platos con cubiertos y vasos.
Todo para que al cantante pueda romperla en escena, como viene haciéndolo en las fechas de su tour. Junto a ella, estarán también en la jornada del 10 de marzo en el Estadio Nacional: Vicentico, Train y Ziggy Marley, que completan el cartel de una gran cita para la música popular.
Shakira viene desplegando un show en que repasa sus éxitos como Waka-waka, La tortura, Loba y Gitana, acompañados de un montaje donde su figura se luce con sus bailes además de sus canciones. Tanto en Argentina como en la visita que hará a Chile, la producción debe cumplir con una serie de peticiones que hace la artista para poder desarrollar bien su trabajo en terreno.
De entre ellas destacan las que tienen que ver con la habilitación del camarín, espacio fundamental para salir a hacer el concierto. Entre las peticiones, están una sala con vestidor para ella y otras tantas para los músicos de la banda (ocho en total) y sus dos bailarinas. También debe tener un guardarropa y una sala de primeros auxilios.
El camarín también debe tener sí o sí tomas de corriente alterna e iluminación de luz blanca brillante.
Y para alimentarse, pues no crea que Shakira tiene esa figura sólo por obra de Dios, la cosa va por lo natural: se pide una canasta con frutas de rodajas de mango, mandarinas y plátanos; otro recipiente con arándanos y fresas; otro con melones y ciruelas; otro con cerezas; y una sandía.
No todo es pura fruta, ya que también se piden productos snacks, una serie de salsas y dulces, quesos y embutidos y cerca de doce botellas de bebida cola "light".
Siguiendo con los líquidos, Shakira pide también agua caliente, variedades de té (de manzanilla indispensable), bebidas rehidratantes de naranja a temperatura ardiente.
Por último, miel de primera calidad, sal y platos con cubiertos y vasos.
Todo para que al cantante pueda romperla en escena, como viene haciéndolo en las fechas de su tour. Junto a ella, estarán también en la jornada del 10 de marzo en el Estadio Nacional: Vicentico, Train y Ziggy Marley, que completan el cartel de una gran cita para la música popular.
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